Todos necesitamos tener la piel
hidratada para que luzca saludable y libre de impurezas, es por ello que
consumir al menos dos litros de agua mineral al día aporta un beneficio
indiscutible para mantener la piel sana.
Ingerir frutas y vitaminas
también ayuda a conservar la elasticidad en la piel lo cual resulta vital para
prevenir el envejecimiento prematuro.
A continuación un artículo
publicado en Hola que ofrece algunos consejos prácticos para que el cutis luzca
rozagante e hidratado:
Borrar las arrugas: Hay quienes
piensan que usar una crema hidratante ayuda a borrar las arrugas. No es cierto.
Pero, eso sí, si las usas desde joven y con regularidad, sí que ayudarás a
retrasar su aparición y a que el cutis se vea más fresco, lo que las hace menos
visibles.
La cantidad ¿influye? Piensas que
cuanta más crema se use, mejor. No es así. Basta con poco producto para
suavizar la piel. Para asegurar una mejor aplicación, calienta antes la
hidratante entre las manos.
Fiel a tu crema: Al igual que
variamos el guardarropa según la estación, hace falta adaptar el tratamiento
facial a cada momento. En invierno hacen faltan productos más untuosos,
mientras que el calor del verano pide texturas más ligeras y suaves. En periodos
de estrés no conviene recurrir a las fórmulas muy cremosas, ya que aumenta la
producción natural de sebo, mientras que ciertos tratamientos médicos exigen
productos muy emolientes. Es fundamental escuchar a la piel para darle siempre
sólo aquello que necesita en el momento justo.
Por todo el rostro: No hay que
extender la crema por todo el área del rostro. Las pieles grasas, normales y
mixtas harán bien en olvidarse de aplicarla por la zona T (frente, nariz y
barbilla), mucho más grasa que las mejillas.
La piel grasa no necesita
hidratantes: Depende. La mayor producción de sebo de este cutis hace que su
manto hidrolipídico sea más eficaz a la hora de frenar la deshidratación, pero
esto no significa que siempre sea suficiente. Hay muchas mujeres
(especialmente, las más jóvenes), que pueden prescindir de la hidratante pero
que finalmente requieren ayuda extra a medida que cumplen años o que las
condiciones externas son más agresivas (ambiente muy seco, aire acondicionado,
viento frío). La clave es optar siempre por fórmulas libres de aceites,
texturas que aportan agua, pero no grasa, a menudo completada con activos que
ayudan a controlar el brillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario